11 nov 2008

LA PULSEADA POR NUESTROS DERECHOS

La pulseada por nuestros derechos

Desde la asunción de Macri, la vida de los vecinos de la ciudad se ha transformado en una lucha constante por mantener nuestros más elementales derechos. Hemos conquistado algunos: podemos ir a la escuela pública, al hospital público, a los parques. Son pocos e insuficientes, pero desde su llegada Macri trata de avanzar sobre ellos.
Así cada reunión de la asamblea se acercan vecinos buscando discutir formas de encarar juntos las protestas. Han venido estudiantes tratando de que les reparen edificios escolares, padres denunciando la pérdida de becas de sus hijos, maestros en lucha no sólo por salarios, feriantes preocupados por sus fuentes de trabajo, vecinos que se quedaron sin sus talleres, personal y usuarios del centro de salud exigiendo los insumos y las entregas de leche suspendidas, cartoneros reclamando su participación en el reciclado.
Macri en su intento desesperado por convertir a la ciudad en una gigantesca empresa, con negociados inmobiliarios y de todo tipo busca enfrentarnos. Decirnos que para pagar a los maestros van a tener que aumentar los impuestos o sacarle presupuesto a la salud. ¿A quién quieren engañar? No se puede pagar a los maestros o se desarman programas enteros dedicados a la niñez pero se aumentan los sueldos de funcionarios y los subsidios a la educación privada. Con la excusa de la transparencia se deja a los más necesitados sin útiles escolares y a los hospitales sin insumos, mientras las viandas vienen con soja transgénica y las escuelas no tienen gas.
Pero esta película ya la vimos en este país y en el mundo. La libre empresa, el libre mercado significan regalar o malvender los recursos del estado para que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. Esto de dejar caer la escuela pública, los hospitales, los parques, para que luego la iniciativa privada “los salve”, ya lo vivimos.
Lo hayamos votado o no, seguramente nadie quería esto, salvo unos pocos a quienes sólo les interesa que su cuadra no tenga baches. El resto tenemos que salir al cruce de tanto atropello. La represión a los docentes o a los cooperativistas de la vivienda es una muestra. ¿Y este señor tiene ahora la policía propia? Bien le contestó la justicia: parece que para Mauricio cuando la interrupción del tránsito la genera un pastor mediático está todo bien, pero para reclamar por derechos básicos no. Por esto decimos que con Macri no se negocia, ninguna pequeña prebenda personal o institucional nos puede hacer perder de vista que lo que está en juego es una forma de vida.
Según un informe del CONICET la ciudad de Bs As está quinta en el país en calidad de vida. ¿Qué se toma en cuenta? El nivel de educación, salud, vivienda, medio ambiente, tasa de mortalidad infantil y seguridad. No es que estemos muy bien ni mucho menos, pero, por ejemplo, nuestra ciudad no es segura pero pro este camino vamos peor. Hay que cuidar a los niños y no cuidarnos de los niños. El cerrar hogares para chicos en situación de calle está en la misma línea, como no cumplen todos los requerimientos los cerramos.
Es evidente que los que hoy nos gobiernan se sienten a salvo de muchas cosas, de tener que ir a una escuela u hospital público, de pasear en un parque, de comprar en una feria. Nosotros los que estamos orgullosos de habernos educado en la escuela pública, los que en muchos casos debemos nuestra salud al accionar de los profesionales del hospital, los que disfrutamos de plazas y parques, compramos en las ferias del barrio y vamos a los talleres gratuitos te decimos Macri que no vamos a permitir que nos cambien esta forma de vida, que cotidianamente luchamos por mejorar, con más solidaridad, más compromiso, y más esfuerzo, términos todos seguramente no muy familiares para nuestro jefe de gobierno y sus secuaces.


ASAMBLEA JUAN B. JUSTO Y CORRIENTES

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